Por acercarte a una grada y lucir una bandera X, te pueden meter 3001€ de multa como si nada si el policía de turno tiene una mala digestión y opina que ésta incita a la violencia. Esta bandera puede expresar alguna ideología política o un emblema de exaltación nacional, más o menos acertado, y de ahí que desde las instituciones y los medios de desinformación se empecinen en decirnos que hay que separar el deporte y la política. Este tema de mezclar ambas cosas ha estado de actualidad a finales del año que acabamos de abandonar porque el Parlamento Vasco aprobó que las selecciones nacionales de los diferentes deportes puedan subir jugar a Vascongadas. Tras esta resolución se han escrito decenas de editoriales y artículos de opinón que aplaudían la decisión y se basaban en que el deporte y la política tiene que seguir caminos diferentes. Cuando un emblema político es expuesto desde una grada los periolistos de turno saltan a la palestra con las misma expresiones que en las editoriales que mencionaba antes, quedando muy guays.
Pues va a ser que estoy de acuerdo. No creo que haya que mezclar deporte y política, la verdad. Pero lo que no entiendo es el doble juego de presidentes, no todos como sabéis, y periodistas ¿separamos la política del deporte o no? En el Real Madrid-Mallorca del 10 de enero se pudo ver un acto de exaltación de la Unión Europea y a un político socialista haciendo un saque de honor. No es la primera vez que se ve semejante homenaje. Curiosamente la vez anterior también estaba el Tito Floren de presi. Será que viene bien hacer unas felaciones ahora para poder construír carreteritas por toda Europa después. Por cierto, la pitada fue sonora cuando saltó al verde López Garrido.
El Bernabéu no es el único Estadio o medio de difusión político que ha servido de caja de resonancia en nuestro país. Actos de peor calado los hemos tenido que vivir con el consentimiento de las autoridades, las mismas que nos dicen que si enseñamos cosicas políticas en la grada somos niños malos. Claro, cuando esos símbolos o colores no les gustan a ellos.
Entonces, yo que soy una persona de bien que hace a pies juntillas lo que le indican los 'mass media' y los polítiqueros de turno, ¿qué debo hacer? ¿Hago política en los eventos deportivos? ¿No la hago? Bueno, me quedaré absorto mirando el espectáculo circense que se montan en los campos y aplaudiré cuando lo haga el que tengo al lado y cuando no sepa que hacer, soplaré mi bocina.
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