martes, 21 de mayo de 2013

Sabor a pintas. Olor a nitrato VII (Temporada 12-13)

He pretendido desgranar la actualidad del Madrid sin enfangarme demasiado para no hacer entradas interminables. Aún así, juntando actualidad futbolística, institucional y social, salían muchos folios redactados. Por ese motivo he decidido ir subiendo estas reflexiones a lo largo de la semana y no aburrir así al personal con una ladrillo importante, además de que así me permito hacer correcciones y añadir ideas que vayan surgiendo.
 
Esto no son más que los distintos puntos de vista de quien estas líneas escribe, pudiendo estar acertado o equivocado. Pero si una cosa tengo clara al 100% es que sueño con un Real Madrid y un madridismo puro, ajeno a los poderes fácticos que desean manipular nuestra institución y nuestros sentimientos. Es nuestra misión y deber, como madridistas, coincidiendo o no en distintas opiniones, ser dueños de nuestro destino.
 
TOMA I

Difícil empezar a escribir con todo lo que ha sucedido en el Club y el equipo en los últimos tiempos, o bueno, incluso a lo largo de toda la temporada.  Mou, la prensa, Florentino, el equipo, Casillas,... Así que empezaré por el principio, que no se cual es.
 
Estas líneas se redactan cuatro días después de la derrota más dolorosa en bastante tiempo. Más que la del 6 de marzo del 2002, sin duda. No porque perdiésemos contra el rival  de la capital; no porque fuese una final en nuestro Estadio. Es porque dejamos escapar un título contra un rival mediocre. El Atlético que se plantó en el Bernabéu fue el mismo que solo unas semanas anteriores sucumbió ante un Madrid plagado de suplentes y poca ambición. No vi un rival superior, nada excepcional que les hiciese mejores. Ahora se habla del "método Cholo"  y demás folclore para adornar un título colchonero, pero quien viese el partido, quien se centre en lo exclusivamente futbolístico, sabe de lo que hablo. Respecto al Real Madrid, mereció la victoria por las ocasiones generadas, sin duda, pero no mucho más por juego. Lo que se pudo ver en el césped fue quizá un resumen, no perfecto, pero casi, de lo que ha ofrecido el conjunto blanco esta temporada. Jugadores desfondados, problemas en la creación, falta de puntería, desajustes defensivos  y lo que nos sentenció desde la primera jornada y dio el título a los indios, los balones aéreos.
Como comenté tras el 4-1 de Dortmund, es difícil dirigir un barco sin timonel. Xabi Alonso lleva arrastrando molestias desde primeros de marzo. Ha hecho un gran esfuerzo por aguantar los principales envites pero el rendimiento ha estado muy por debajo del habitual. Ha sido relativamente fácil para los rivales anular su juego, lo que es sinónimo de anular el juego de todo el equipo. Lo peor ha sido no gozar de alternativa al tolosarra.  No es fácil tenerla de un jugador de su nivel, cierto, pero siempre hay que tener un plan B. Modric ha alternado actuaciones muy buenas, incluso brillante en Old Trafford, con otras más discretas. Su irregularidad ha sido patente pero quiero creer, por destellos que ha soltado, que hay un gran jugador ahí. Tal vez sea cuestión de ubicación en el campo. Me sorprendió como varió su rendimiento en el RMCF-Barza de liga disputado en el Bernabéu. Totalmente desapercibido hasta que llegaron los movimientos desde el banquillo, lo que alteró su posición en el campo adelantándose unos metros y tomando la batuta del juego de ataque. Quiero ver más al croata.
A continuación tenemos el lastre de los laterales. Bajo rendimiento sumado a las lesiones o viceversa. Marcelo, jugador importantísimo otras temporadas, ha pasado inadvertido en esta. Coentrao no es un paquete como muchos dicen. Me parece un jugador bueno, otra cosa es que valga 30 kilos. Pero necesitamos algo más ahí. Álvaro Arbeloa, mi Arbeloa. Jugador que sabes que no te va a hacer nada espectacular, pero nunca te fallará. Siempre de 7 y si se sale del guión es para subir al 8. Este año no ha sido así. Siempre coqueteando con el suspenso. Essien, que ha alternado posición de lateral con la de centrocampista, no es alternativa de nadie. Jugador muy voluntarioso, sí, no se le puede negar entrega, pero su nivel no es el óptimo para el Real Madrid. Recordaba al también bienintencionado Geremi.
En el centro de la defensa ha llegado la buena noticia esta temporada. Concretamente a finales de enero con la irrupción de Raphael Varane. Excepcional serenidad y veteranía en un cuerpo de 19 años. Deslumbró con su partido contra el Barza en la ida de las semis de Copa y de ahí a la titularidad, más que merecida, pasando a Pepe por la derecha. Si sigue en esta progresión y no se corrompe, que todos sabemos cómo es la noche madrileña, tenemos central para rato.
Luego está la cuestión de los jugadores del centro del campo. Vaya por delante que en este análisis de servidor se va a obviar a Cristiano Ronaldo, una máquina perfecta al margen del rendimiento del equipo. Pero en fútbol son once compañeros los que saltan al campo y con uno solo, aunque sea el mejor del mundo, no basta. Özil, Di María, Khedira. Éste último comenzó el curso futbolístico al nivel que acostumbra con la selección alemana, lo que muchos criticaban que no consiguiera años anteriores. Pero no se puede pretender que el juego del equipo se base en lo que haga Sami. Este jugador es importante en el campo, pero como complemento a lo que hagan los verdaderos motores del equipo. Mesut sigue desprendiendo clase a raudales pero ha fallado en los grandes momentos, sobre todo cara a portería. Cuando los contrarios conseguían anular a Xabi Alonso el turco-alemán se sentía aislado y no lograba conectar con nadie. Muchos problemas para recibir el balón y una vez conseguido grandes conducciones sin encontrar un pase claro. Por otro lado, Ángel Di María, muy por debajo del nivel del año pasado. Muchas revoluciones sin control. De Kaká decir que espero que cuente buenos chistes en el vestuario, porque más no se puede comentar de él.
Y ahora toca la línea que más controversia ha despertado este año. No es para menos. Los delanteros. Muy flojos los dos. Fallones de cara a portería. Problemas para desbordar. Mirando las estadísticas, número muy pobres. Ahora ¿qué hacemos? ¿les vendemos? Soy de la opinión que más que vender hay que fichar. Un 9. Pero 9 de verdad. Es decir, un tanque de estos que se plante en el punto de penalti y que no se mueva en todo el partido de ahí. Que vaya bien por alto, con buenos hombros y brazos para recibir de espaldas a la portería, que fije a los centrales. Tanto a Karim como sobre todo al 'Pipa' (ya estamos con el maldito debate del verano de que hay que venderlo) les veo correteando alrededor de ese supuesto 9 (un Llorente, un Müller, etc.) aprovechando los espacios que éste provoca, o éste aprovechando los que arrastre aquel, lo que les proporcionaría mayor libertad de movimientos y más alternativas facilitando también la llegada de una segunda línea. De todos modos no termino de entender esa manía de jugar con un solo delantero. Siempre vi jugar con dos puntas, de distintas características, con grandes resultados: Butragueño-Hugo Sánchez; Mijatovic-Súker; Raúl-Morientes; Raúl-Van Nistelrooy. Este año he tenido la sensación de que nos empeñábamos en acumular hombres en el centro del campo sin dar salida a la pelota en el área, que es donde hay que clavarla.
Hay otros factores, como la falta de puntería. En temporadas anteriores hubo muchos partidos donde llegábamos 4 veces a portería y ganábamos 4-0. Este año esa dinámica se ha invertido y nos ha condenado. La final del viernes pasado, la vuelta con el Borussia, en Liga muchos partidos que acabaron con puntos en el tintero... Todo este cóctel que se ha intentado desgranar aquí de forma no muy exhaustiva, da como resultado que nos quedemos con una Supercopa de España, unas semifinales de Copa de Europa, segundos en la Liga y finalistas de Copa. Dicho así suena contradictorio, pero la realidad es que la Liga, que es el termómetro semanal, se tiró muy pronto a la basura. Sí, se tiró, no se perdió. También hemos visto un fútbol bastante pobre, salvo contadas y honradas excepciones y, si en algo tiene razón el gafotas, es que nuestro nivel de exigencia debe de ser mayor.
No quería terminar este primer episodio de lo que ha sido la temporada sin hablar de la portería. Tras la incorporación de Diego López tal vez sea la línea mejor cubierta ya que tenemos a dos porteros excepcionales. Hablo exclusivamente desde el punto de vista futbolístico. Casillas no estuvo a su mejor nivel cuando jugó, pero no vamos a descubrir a estas alturas que clase de portero es. Diego López es un hombre que cuando subió del Castilla tuvo la mala suerte de toparse en el espacio y tiempo con Íker. Estoy convencido de que en otra época hubiese sido el portero titular del Madrid durante muchos años y de la Selección. Fabio Capello, en su segunda etapa como entrenador, ya insinuó que el portero era de su agrado. Pero no tardaron las hienas en saltar en defensa de Casillas por si al italiano se le ocurría ir un poco más allá. Lo cierto es que Diego a demostrado lo que vale con creces. Se doctoró en Manchester y nos dejó de regalo aquella fabulosa parada contra el Dortmund que nos permitió soñar hasta el último segundo de la eliminatoria. Espero, quiero y deseo que el año que viene siga con nosotros. Fabuloso jugador, español y de la cantera.

viernes, 17 de mayo de 2013

Huele a Derby II

Ultras Sur en los '80.

Frente Atlético en los '80.

jueves, 16 de mayo de 2013

Huele a Derby I

 Fotos colaboración de PK. ¡Gracias!
Duelo de los '80. Camacho y Hugo Sánchez, todavía en el
bando equivocado, mirando el fondo sur del Vicente Calderón.

Otra perspectiva de la foto anterior.
 
El F.A. dándolo todo para intentar dejar de ser los segundones
de la capital. Décadas después, todo sigue igual.

jueves, 9 de mayo de 2013

La Octava Copa de Europa 1994-95

Biriukov y Antúnez con el trofeo.
Como en el presente, la Copa de Europa se hizo esperar desde que se consiguiese la séptima. Quince años nada menos, no sin obtener títulos europeos en este periodo. De las cuatro Recopas de Europa tres se consiguieron entre los años 1984, 1989, 1992. Hay que añadir la Copa Korac que se ganó en la temporada 87-88 y el Campeonato Mundial de clubes de 1981. Pero el Real Madrid sentía la necesidad vital de volver a levantar una nueva Copa de Europa.
Solo hay uno que tiene tantas Copas de Europa como el Madrid, no es una institución en sí, si no una persona física, aunque dentro del baloncesto se le pueda considerar como tal. Hablamos de Obradovic, con ocho coronas a sus espaldas. La primera la consiguió con el Partizan de Belgrado en 1992. La segunda en 1994 con el Juventud de Badalona. Y se tenía claro que si se quería volver a reinar en Europa, el serbio era el hombre indicado para hacerlo.
 Todo este panorama vienen dentro del triste contexto que supuso el fallecimiento de Mariano Jaquotot, a los 44 años, en agosto del 94. Quien fuera vicepresidente de Ramón Mendoza y firme sucesor a la presidencia del Club, fue superado por un cáncer. El principal varapalo vino en la sección de baloncesto, de la que se encargaba personalmente. Antes de fallecer, Jaquotot vio realizado su sueño de devolver al RMCF a la cumbre nacional del baloncesto y fue quien sembró el éxito de Zaragoza contratando a Zeljko. Su fallecimiento supuso un terremoto en la directiva, ya que sin él muchos miembros de la Junta no querían continuar. Ramón Mendoza gana las elecciones del 95 y nombra manager de la sección a Pedro Ferrándiz.
Antonio Martín exultante de alegría mientras
Arlauckas y Cargoll lo celebran con Obradovic.
El equipo se completó con la llegada del escolta formado en la cantera del club blanco,  Javier García Coll, y Herman Henry, en mitad de temporada. El camino por la Liga y la Copa fue tortuoso, cayendo con el Taugrés en las semifinales de la competición copera y con el Barza, también en semifinales, de la Liga.
La contrapartida se dio en el viejo continente. Tras una fase de grupos que se pasó sin mayores complicaciones, llegaba el escollo de verdad en cuartos, la Cibona de Zagreb. Sin embargo, el conjunto blanco continuó con pies de plomo por Europa y no dio opción a los croatas. Se deshizo de ellos ganando los dos partidos. La ida se disputó en Zagreb, donde el resultado fue de 78-82. La vuelta, en la capital de España, reflejó en el marcador un 82-70 inapelable.
Sobonis, Biriukov, Martín y Lasa con el presidente
Ramón Mendoza.
Y así, tras quince años esperando ese momento, el Real Madrid volvía a competir en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza por el título. En semifinales esperaba el Limoges francés, quien infundía profundo respeto ya que en la 'Final Four' de Atenas '93, dos años antes, fueron quienes apearon a nuestro equipo también en semifinales. Para más inri, la otra semifinal enfrentaba al Panathinaikos contra su eterno rival, el Olympiakos. Los del Pireo fueron quienes nos eliminaron en cuartos de la edición anterior. El Derby griego estuvo interesante tanto en la cancha como en las calles. El Olympiakos eliminaría al PAO por 58-52.
El respeto inicial que sentían los madridistas por el conjunto francés no fue tal en la cancha, imponiéndose por un 62-49 que no dejaba lugar a dudas. Real Madrid vs. Olympiakos sería la gran final. El tercer y cuarto puesto se resolvió con un  91-77 a favor del Panathinaikos.
Ritual de campeones. Antúnez
cortando la red.
El partido se disputó el 13 de abril y supuso, junto con la Séptima Copa de Europa de fútbol tres años después, el día más importante de toda una generación de madridistas que no habíamos podido vivir en directo las sensaciones de conseguir una Copa de Europa. Ya no solo nos sentíamos los más importantes a nivel histórico, sino también en el presente. El Real Madrid se impuso 71-63, con la actuación estelar de Arvydas Sabonis, quien fuera máximo anotador del partido, 23 puntos, y el MVP de la final. El peso en el ataque recayó sobre el jugador lituano y en Joe Arlauckas. En defensa la consigna era detener a Fassoulas, Volkov y al anotador de los griegos, Eddie Johnson. Esta labor se encomendó al gran defensor Ismael Santos, desarrollando su labor a la perfección. La dirección del juego fue de la mano de Antúnez, quien leyó cada instante de partido de forma adecuada.
En el quinteto ideal de la 'Final Four' cuatro plazas fueron ocupadas por madridistas: Arlauckas, Santos, Sabonis y Antúnez, acompañados de Johnson.
Hasta hoy es la última Copa de Europa conseguida, lo que nos sigue manteniendo como el máximo referente europeo en cuanto a palmarés. Este fin de semana, en Londres, puede seguir escribiéndose la historia del Real Madrid Club de Fútbol con letras de oro. Esperemos que este octavo episodio de la serie que he titulado como "Reyes de Europa", no sea el último y el lunes que viene tenga que escribir el noveno.
¡HALA MADRID!
¡REYES DE EUROPA!
 
 
 
 

martes, 7 de mayo de 2013

La Séptima Copa de Europa 1979-80

La plantilla posando antes del inicio de
un partido de Liga.
Se disputaba la XXXIV edición de la Liga y el Real Madrid mostraría una superioridad aplastante. Valga como ejemplo las declaraciones de José Luis Núñez dos años antes cuando accedió a la presidencia del Barcelona, afirmando que disolvería la sección de baloncesto del club blaugrana porque no aceptaba que estuviesen a la sombra del Madrid. Después rectificaría en su decisión, aunque puede que se arrepintiese esta temporada después de que un ciclón madridista pasase por el Palau, derrotando al eterno rival por 89-102. Para consuelo azulgrana quedó la Copa.
 
Esta  temporada el equipo se había reforzado con el fichaje de Randy Meister, que sustituía a su compatriota John Coughram. La pareja de pívots Meister-Rafael Rullán sería decisiva en la final frente al Maccabi que daría el RMCF la Séptima, con 21 y 27 puntos respectivamente. También se incorporarían al primer equipo unos jovencísimos Fernando Romay y José Luis Llorente.
En el camino por la nueva conquista europea hubo que enfrentarse en la primera fase contra el Crystal Palace, que era campeón inglés; a los daneses del Stevnsgade; y el Bayer 04 alemán.  El Madrid se clasificó sin mayores complicaciones. Ya en la liguilla de semifinales el nivel era superior. A ella accedieron, además del RMCF, el Sinudyne de Bolonia, el Partizán de Belgrado, el Bosna de Sarajevo, Den Bosch de Holanda y el Maccabi de Tel-Aviv. El Real Madrid se clasificó como primero de grupo seguido del conjunto israelí, lo que les daba derecho a ambos a disputar la final del 27 de marzo en Berlín Oeste.
Rullán y Williams en el salto inicial del partido
correspondiente a la liguilla de semifinales. Ambos jugadores
se verían las caras en múltiple ocasiones.
89-85 sería el resultado definitivo de la final, la cual fue muy disputada. El Madrid presentó el siguiente quinteto inicial: Corbalán, Walter, Brabender, Rullán y Meister. El Maccabi se presentaba como la principal apuesta para ganar el título, ya que fueron años de éxitos para su club en particular y el baloncesto israelita en general. Las estrellas del Maccabi eran Berkovitz, Perry y Williams. Pero el Real Madrid tirando de calidad y casta se impuso para alzar así una nueva Copa de Europa.

domingo, 5 de mayo de 2013

La Sexta Copa de Europa 1977-78

Lolo Sainz había sido partícipe de los cinco entorchados anteriores, bien como jugador, bien como segundo de Ferrándiz. Ahora le faltaba conseguirlo como entrenador, por lo que centró todos sus esfuerzos en el continente, lo que tuvo como consecuencia que tras muchos años no se consiguiese título alguno en España. La Liga fue camino a Badalona, donde los catalanes se habían reforzado con Antonio Serra en el banquillo y el jugador yugoslavo Zoran Slavnic, para completar una gran plantilla. En la Copa el Madrid caería frente al Barza en la final de Zaragoza. Todos estos sin sabores serían compensados, sin duda, con la sexta Copa de Europa. No sería el único título internacional del año, también se conquistó la Copa Intercontinental, con Brabender, Corbalán y Szczerbiak en el quinteto ideal de la competición.
Sainz Szczerbiak, Coughran, Luyk, Rullán, Prada y Cristóbal.
 Brabender, Cabrera, V. Ramos, Corbalán y Puente
El formato de este año comprendía dos liguillas, una de cuartos y la de semifinales. En la primera el Real Madrid se enfrentó al T-71 Dudelange de Luxemburgo, Figueirense portugués y el  Bayer Leverkusen alemán. El conjunto madridista pasó por encima de sus rivales ganando todos los encuentros por más de 20 puntos. En semifinales el cuadro no parecía tan sencillo, pero el RMCF se clasificó a falta de dos jornadas. Para ello se enfrentó al Maccabi, Alvik de Estocolmo, Jugoplastika de Split, Mobilgirgi Varese (con quien se enfrentaría en al final) y el Villeurbanne francés.
 
El Mobilgirgi Varese, quien fuera conocido como el Ignis Varese, siguió reinando en la máxima competición tras perder la final del 74 contra el Real Madrid. Esto hizo que llegasen a igualar a títulos a nuestro Club. Una vez más, como sucediese cuatro años antes, se jugaban el título y el reinado de Europa. Se enfrentaban el 6 de abril de 1978 en Munich los pentacampeones continentales. Los italianos habían conseguido en 1976 el que sería su último título de la máxima competición de clubes hasta la actualidad. Para esta final todos daban como favoritos al Varese, pero la Sala Carlo Diem, escenario de los JJOO de Munich 72, vería como estallaban los pronósticos y el Real Madrid volvía a ser dueño, amo y señor del deporte de la canasta.
 
Walter Szczerbiak fue el máximo anotador del partido, con 26 puntos. Brabender sumó 16 y completaron la participación madridista en el encuentro: Corbalán, Coughan, Rullán, Cabrera, Prada e Iturriaga. Los máximos anotadores de los italianos fueron Yelverton con 24 puntos y Meneghim con 23.
 
Al concluir la temporada se produjo la retirada de Clifford Luyk y Vicente Ramos, dos de los grandes jugadores de la historia del Madrid de baloncesto. Pero sin duda, la peor noticia llegó el 2 de junio. El mejor presidente que ha tenido y tendrá el Real Madrid Club de Fútbol, Don Santiago Bernabéu, dejó el mundo de los vivos para formar parte del exclusivo Olimpo de los Mitos.
 
Podéis ver el partido completo aquí: Real Madrid- M. Varese 1978

sábado, 4 de mayo de 2013

La Quinta Copa de Europa 1973-74

Temporada 73-74. Pedro Ferrándiz cerró su ciclo en el banquillo del Real Madrid de forma gloriosa. Ganaron la Liga quedando invictos, la Copa del Generalísimo tras eliminar al Barza en semifinales y ganar al Juventud en la final de Alicante  y se consiguió la quinta Copa de Europa tras 6 años sin conquistarla. Para reforzar la plantilla Ferrándiz contrató a un por entonces desconocido Walter Szczerbiak. Pronto presentó sus credenciales anotando 46 puntos  al Barcelona en la primera jornada.
 
En la máxima competición continental, la primera eliminatoria enfrentó al conjunto madridista con el campeón suizo, el Fridburg Olympic, ganando el partido de ida y de vuelta. En la liguilla de cuartos el Madrid quedó encuadrado en el grupo del USC Heidelberg, campeón alemán; con el Akademic, campeón búgaro; el yugoslavo Radnicki Fob; y con el Wienerberger austriaco.
Tras superar la fase de grupos en semifinales esperaba el A.S. Berck, equipo francés. Esta eliminatoria se jugó a doble partido en las respectivas canchas de los equipos participantes. La ida en casa y la vuelta en territorio galo saldando ambos encuentros con victoria blanca, lo que le daba el pase directo a la final.
El partido decisivo se disputó en Nantes, el  3 de abril de 1974, contra el Ignis de Varese. El conjunto italiano era el gran dominador en Europa en los últimos tiempos, ya que se había proclamado campeón en los años 1970, 1972 y 1973. Si ganaban al Real Madrid igualarían la marca del club blanco de cuatro Copas de Europa. Por lo que había algo más en juego que el título de la temporada en curso. El Madrid ganó por tan solo dos puntos de diferencia, 84-82, proclamándose pentacampeón en una disputadísima final y manteniéndose en solitario en la cúspide del baloncesto europeo.
 
De los 84 puntos 66 fueron en juego con un 45,2% de acierto. Los otros 18 puntos los obtuvo desde la línea de tiros libres con un 100%. En el minuto 37 Cabrera fue eliminado por cometer la quinta falta. Este jugador formó parte de la estrategia que revolucionó la final, ya que Ferrándiz le cedió el protagonismo a Corbalán en su detrimento y cambió las marcas entre Luyk y Rullán, lo que se entendió como una jugada clave para desestabilizar a los italianos.  El Madrid llegó al descanso cinco puntos por debajo, los cuales no lograron remontar hasta el minuto  30 del segundo periodo, cuando una canasta de Cabrera igualó el partido a 64, siendo Brabender en el mismo minuto quien puso el marcador 66-64 para el Madrid. A raíz de ahí, el Ignis solo logró igualar el marcador a 68 en el minuto 33 y ya vieron poco a poco como se les escapaba la final.

Al concluir la temporada Ferrándiz cedió su glorioso testigo a quien había sido su ayudante hasta entonces, Lolo Sainz.
Fotos extraídas de "El rincón del baloncesto".

viernes, 3 de mayo de 2013

La Cuarta Copa de Europa 1967-68

Frente al Maccabi Tel-Aviv en el
partido disputado en el pabellón blanco.
Pedro Ferrándiz no solía dejar escapar viajes a EE.UU. en busca de jugadores que cruzasen el charco con él.  Era el turno del mítico jugador Wayne Brabender Cole. Llegado de la Universidad de Minnesota  al principio no fue muy bien acogido, pero acabaría siendo estandarte del conjunto blanco y de la selección tras su nacionalización española. En esta ocasión, 1967-68, solo actuó en la Copa de Europa por la aún vigente prohibición de participación extranjera en la Liga. McIntyre causó baja y Miles Aiken se quedó como segundo foráneo de la plantilla, siendo el resto todo jugadores nacionales.
 
Tal vez fue el 11 de abril de 1968 uno de los días más importantes en la historia del Real Madrid Club de Fútbol. El conjunto blanco de baloncesto se alzaba con la cuarta Copa de Europa, lo que le convertía en el club más laureado del continente, siéndolo a la par en fútbol y baloncesto. Desde entonces, el Real Madrid, no ha cedido su primer puesto continental en ambas secciones, aumentando en diferentes épocas su hegemonía hasta seguir manteniendo su estatus a día de hoy con 9 Copas de Europa en fútbol y 8 en baloncesto.
Para conseguir tal gesta, primero hubo que viajar a Edimburgo para ganar al Boroughmuir. También hubo que lidiar con el Maccabi Tel-Aviv.  De su grupo el Madrid se clasificó junto al Spartak de Brno, mientras que en la otra liguilla de cuartos hicieron lo propio el Simmenthal y el KK Zadar, campeón yugoslavo. En este último equipo se encontraban dos de los jugadores más destacados del continente por aquel entonces: Cosic y Djerdja, quienes fueron rivales del RMCF en semifinales.
Tras eliminar al equipo yugoslavo tocaba disputar la gran final en Lyon, donde esperaba el Spartak de Brno. Fue un partidazo, vibrante y emocionante que requirió de la mejor actuación de todos los participantes. El hombre del partido fue Miles Aiken, que sobrepuso con su calidad al revés que recibió el equipo con la lesión de Emiliano Rodríguez. El resultado final fue de 98-95, con un segundo tiempo para enmarcar en la historia europea del baloncesto.
La temporada se redondeó con el título liguero, siendo curioso como el Madrid ganaría en las canchas más complicadas (Juventud, Estudiantes, Kas) para contar por derrotas las visitas a los equipos más modestos (como el Mataró y el Atlético San Sebastián). En la Copa del Generalísimo fueron eliminados en semifinales por el Juventud.