martes, 30 de noviembre de 2010

¿Y ahora? ¡¡MÁS MADRIDISMO!!

Tras el ‘Alcorconazo’ de ayer, porque tampoco vamos a negar que nos pasaran por encima, no queda más remedio que levantarse y seguir combatiendo. Recibir unas buenas ostias no da pie a la rendición. Lo llamo ‘Alcorconazo’ porque es el cuento de nunca acabar. Cada vez que nos enfrentamos a un equipo menor salen extra motivados contra nuestra escuadra. Es normal, somos el equipo referencia del fútbol mundial, el más odiado y al que más motiva ganar. Si a eso le unimos la torrija mental con la que salieron nuestros jugadores al campo, pues como resultado lo de ayer.

Pero pese a la humillación de una batalla, no podemos ahora rasgarnos las vestiduras y dar por pérdida la guerra, ya que la nuestra es otra. Espero que los jugadores sean conscientes de esto y se den cuenta que hasta las 21h. de ayer el camino era el correcto y que, como dijo Alonso, lo de ayer debe de servir para aprender de los errores. Ya tengo ganas de que llegue el sábado, ya que tenemos uno de esos partidos para los que se paga el abono. Que el equipo se recomponga y que el madridista medio no se venga abajo. Haría un llamamiento a que la gente se dejase la garganta, pero eso sería pedir un milagro y aunque la navidad esté cerca, antes se queda preñada otra “virgen”.

No quería dejar de escribir en esta entrada sin hacer mención a la lección de dignidad que dio ayer Mourinho. Estuvo esperando a los jugadores en la boca del túnel de vestuario, saludó al árbitro, dio la enhorabuena al entrenador rival y no se escondió en la rueda de prensa, diciendo lo evidente, que nos metieron un "baturreo"… pero ojo. Escribo esto porque dudo que ningún periodista destaque su actitud (tampoco lo sabré porque hoy no leeré mucho la prensa). Si esta actitud la hubiese tenido Guardiola sí que le dedicarían páginas y más páginas a su talante y saber estar, cómo no. De Mou sólo hubiesen corrido ríos de tinta si hubiese vacilado a un rival con el balón, mostrándoselo, escondiéndoselo y vacilándole tirándolo por ahí, perdiendo tiempo, por cierto. Sacarían a colación el tema del teatro si tras esa acción le hubiesen tocado levemente el hombro y se lleva la mano a la cabeza simulando aturdimiento. Ahí sí hubiesen hablado, y mucho, del portugués. Tal vez también se hubiese rajado de él si no hubiese pitado un penalti clamoroso a Ronaldo con 2-0 en contra. Incluso si no hubiese expulsado a Villa, con el mismo resultado en contra, tras la entrada de los 10” y la falta donde si vio la cartulina. Sí, hubiese dado mucho juego José Mourinho.

Pero no queda otra que digerir de la mejor manera posible lo de ayer, aguantar a los garrulos de turno hoy (una buena bordería al principio ayuda para cortar tanta tontería) y seguir luchando en la vida en general y en el fútbol en particular, que nada se ha acabado. Total, hoy es martes.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Yo odio al Barza

Decir lo contrario sería mentir y más allá de alguna mentira piadosa, los mentirosos no me gustan. Y como no me gustan y no quiero serlo, pues lo digo alto y claro; sí, odio al Barza. Me encantaría que ese Club su pudriese en categorías inferiores o desapareciese. Sin embargo, no es un sentimiento comparable al que sienten los culés hacia nosotros. Lo explico de manera muy sencilla que hasta un seguidor del FC. Barcelona pueda entenderlo, para mí primero el Real Madrid y luego el resto. Con esto quiero decir que siempre quiero que pierda el Barza, pero en una jornada cualquiera firmaría la victoria del equipo catalán si el Madrid vence. Ellos no, primero que perdamos nosotros y luego lo otro. Bueno, según escribo encuentro un punto en común con los cerdos del Camp Nou, primero el Real Madrid y luego el resto.

Esta noche es un Clásico especial por la diferencia abrumadora de las dos escuadras respecto a las del resto del país y casi que del continente. El Barza está viviendo una buena época para sus intereses y la Gloria del RMCF es inalcanzable. En este periplo victorioso de los azulgrana, que sólo lleva dos años, hemos tenido que aguantar las impertinencias vestidas con buenos modos de Guardiola (¿no veis que sigue adelgazando?), la prepotencia de los diferentes directivos culés y su entorno, como los árbitros nos hacen dudar de un campeonato totalmente limpio, como la prensa tira más hacia un lado que hacia otro… Tal vez todas estas circunstancias hacen que para los madridistas ganar este “partido del siglo” tenga más relevancia que con otros. Incluso no estaría mal darles de su propia medicina y vencer con un gol en el 92’ de penalti injusto, mientras Mou recorre la banda dando cortes de manga a diestro y siniestro. Nos caerían palos por todos los lados, cosa que me resbalaría muy soberanamente y no mermaría ni un ápice mi gozo. Esta circunstancia es complicada que se dé con Iturralde mediante, es más, recemos porque no sea a la inversa (en este caso Pep no iría dando cortes de manga, lo haría por las cloacas, tocando los cojones al oído para luego poner cara de niño bueno ante la prensa).

Como he dicho que quiero ser sincero, firmaría mejor una goleada, pero lo descrito anteriormente daría pie a muchas risas y coñas con “mis queridos” antimadridistas que tengo que aguantar en los cuatro puntos cardinales de nuestro país. También podría suceder que nos ganen. ¿Cambiaría algo? Pues hombre, jodería como me jode siempre que pierde el RMCF, tal vez más al ser el máximo rival. Pero siguiendo con lo que firmaría o no, estamparía mi sello personal si me dicen que perdemos los dos encuentros contra el Barza y ganamos la Liga. Un culé no lo haría. Para ellos hoy se juegan un título. Si ganan saldrán a Canaletas y ya habrán cumplido con la temporada. Es lo que tienen los pobres.

Yo lo que le diría a los madridistas desde este humilde 'ciber-rincón' que leemos cuatro gatos, es que si hoy ganamos sea de la forma que sea, que brinden con unas buenas cervezas, lo disfruten con los colegas, familia o con quien vean el partido. Pero que nadie acuda a la Cibeles. A la diosa se la debe de respetar y por lo tanto se le deben de presentar triunfos en forma de títulos, no victorias menores.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Esa es pa'tí

...concretamente para tu cara de subnormal.

El Real Madrid incumple sus estatutos

Concretamente el artículo 8, que trata sobre los distintivos del Club.

El Real Madrid Club de Fútbol usará como color oficial el blanco, ostentando
un escudo consistente en un círculo de trazo grueso, cuyo interior se
encuentra atravesado en sentido diagonal, de izquierda a derecha, y de
arriba abajo
, por una franja, apareciendo en su interior las iniciales MCF
entrelazadas y, como complemento, en la parte superior del círculo y fuera
de él, figura una corona real. La franja diagonal es de color morado y el
círculo y las letras MCF en oro.


Lo señalado en negrita se inclumple de forma clamorosa, como se puede apreciar en la siguiente imagen.



Este elemento que sustituye a nuestro Escudo desde la temporada 2003-04, si mal no recuerdo, no nos representa. Esto no es más que la punta del iceberg de lo que están convirtiéndo a nuestro Glorioso y amado Real Madrid.

NO A FLORENTINO Y SUS SECUACES
NO AL DEPORTE MOD€RNO

¡HALA MADRID!

sábado, 6 de noviembre de 2010

'Del Bosque o la línea recta'

Os dejo con un artículo publicado en elpais.com el 18 de julio de este año tras la consecusión del Mundial. Buenas palabras cuyo error, el de que Don Santiago Bernabéu es de Santa Pola y no de Almansa, no quita para que ponga los pelos de punta en alguna de sus frases.

Alberto García Collado todavía tiene que detenerse un momento para evitar que le tiemble la voz cuando se refiere al éxito de Vicente del Bosque . No hace mucho tiempo que se jubiló después de 49 años dedicado a la cantera del Real Madrid. Disfruta estos días de verano de su casa de Santa Pola (Alicante), una residencia que no es casual porque fue Santa Pola la localidad natal de Santiago Bernabéu, donde nació y adonde acudió a retirarse hasta el final de sus días. Allí hay un monumento dedicado al legendario presidente del Real Madrid. Y a ese lugar se acercó Alberto García la semana pasada, en plena euforia nacional, para decirle en voz baja: "La que está liando Vicente, don Santiago". Para entender adecuadamente las raíces del hombre que ha llevado a España a la conquista de la Copa del Mundo de fútbol se hace necesario bucear en el microcosmos de la escuela que un día creó Bernabéu.

Quedan muy pocos representantes en activo de una generación que heredó una forma de hacer las cosas en el Real Madrid bajo una doctrina abiertamente paternalista, muy propia de años de posguerra en un país sometido a una dictadura. El liderazgo personal de Bernabéu instauró en el club un sencillo ideario más próximo al de una orden religiosa que a una organización política, cuyos elementos cardinales fueron la austeridad, el trabajo, la humildad y la honestidad. El Real Madrid difundió sus propios valores en el terreno de juego, entre sus jugadores, resumidos en un término que dio en denominarse "señorío". Durante décadas, se transmitieron de entrenador a jugador, de directivo a empleado, de Miguel Muñoz, a Luis Molowny, de Luis Molowny a Vicente del Bosque. Del Bosque habría terminado su carrera de magisterio de no haber sido futbolista, pero algo de aquella vocación permaneció en él cuando de jugador pasó a ser entrenador y luego director de la escuela de fútbol del Real Madrid. Algo de "viejo profesor" se desprende todavía de su forma de actuar incluso en circunstancias tan excepcionales como la dirección de un equipo que gana la Copa del Mundo.

Ha sido el propio Real Madrid quien ha ido certificando la defunción de sus propias esencias con la esquizofrenia de sus últimos gestores. Aunque la palabra señorío permanezca en el vocabulario oficial, muchas son las experiencias que demuestran su caída en desuso, su destierro por obsoleto, quizás consecuencia inevitable del fútbol convertido en negocio. Buena parte del claustro de aquella escuela se ha jubilado discretamente, en ocasiones sin mediar palabra de ánimo, pero sin ruido, convertido el adiós en un acto burocrático: la firma de un documento ante un administrativo insensible al papel ha interpretado cada cual durante tanto tiempo. Aquella gente hizo un trabajo artesanal, a pie de campo, de lunes a domingo, desarrollando su memoria para no olvidar el nombre y circunstancias familiares de cualquier chaval que pisara la Ciudad Deportiva, usando fichas manuscritas para documentar el archivo del club. Aquella gente se ha ido jubilando o ha fallecido, caso de Miguel Malbo, uno de los hombres clave en la cantera madridista y fiel colaborador de Del Bosque: pidió ingresar en la residencia de ancianos más próxima al Bernabéu para morir cerca del estadio. Y así fue. Aquella Ciudad Deportiva fue arrasada por las excavadoras; en su suelo, han nacido cuatro rascacielos de última generación. Ahora en Valdebebas, la nueva sede de la escuela, hasta cada equipo alevín tiene su propio vestuario de cinco estrellas, con los empleados suficientes para que a niños de 12 años les recojan la ropa después de cada entrenamiento.

Vicente del Bosque nace en esa escuela que parece caducada. El Real Madrid fue su universidad. No se puede decir otra cosa de un hombre que ha vivido en la casa blanca desde los 16 años y que no ha tenido otro currículo que una larga estancia de 36 años en el club. Salvo ocho meses en Turquía en una efímera experiencia con el Besitkas y sus dos últimos años como seleccionador nacional, la biografía de Vicente del Bosque está teñida de blanco. No conoce otras experiencias. Para lo bueno y para lo malo, sus antecedentes están grabados en esa escuela. Como a tantos otros, su despedida resultó triste: fue despedido en un pasillo, de pie, con prisas. Es Vicente del Bosque quien no se ha movido de su sitio. Como su bigote.

Apenas 24 horas después de vivir un recibimiento nunca visto en Madrid , a las 48 horas de tocar con su mano la Copa del Mundo en el Soccer City de Johannesburgo, Vicente del Bosque tenía comprometida una visita al diario As. Le esperaban a las nueve de la noche. Había cierto nerviosismo entre los anfitriones y el personal de seguridad para hacer lo más liviana posible su entrada en el edificio. Sin embargo, Del Bosque apareció andando por la recepción: había aparcado su coche en la calle como cualquier otro ciudadano. Venía solo, con su atuendo clásico, traje gris y corbata azul. Minutos después, tras recibir un emocionado aplauso de una redacción que le hizo el pasillo puesta en pie, Vicente del Bosque formuló sus primeras declaraciones ante una representación del diario deportivo. Hizo referencia a la magnífica acogida vivida en Madrid, pero no se quedó ahí. Comentó dos hechos que le impresionaron: la presencia de gran cantidad de inmigrantes con banderas españolas en algunas calles del recorrido y la ausencia de banderas de los clubes locales (Real Madrid y Atlético) frente a ese predominio unánime de la camiseta roja. De alguna manera, quería significar que todos los presentes en las calles, llegados de distintas procedencias, parecían formar parte del mismo club. Como el hecho de que sus raíces madridistas en absoluto han afectado a sus decisiones al frente de la selección española.

Posiblemente, Bernabéu habría hecho lo mismo: llegar a pie. O Luis Molowny, el primer director de la escuela, cuya máxima se resume en una frase que los empleados no han olvidado: "Denle cariño al jugador". Salvando las distancias y las diferencias ideológicas, Del Bosque define a Bernabéu como "un líder moral" de aquellos tiempos: "Era un hombre bueno e inteligente, con una gran capacidad, un ejemplo para todos, un hombre modesto que no tenía dinero". A pesar de lo que dicen algunas reseñas recogidas en las hemerotecas, Del Bosque no tuvo problemas para mantener su cabello largo y su bigote tupido a pesar de que al presidente no le gustaban los jugadores con melena, pero era la moda de los años setenta. Solo recuerda que Bernabéu le llamara la atención en una ocasión, con motivo de un viaje con el primer equipo a consecuencia de no haber saludado a doña María: "No era cuestión de ser un pelota con la mujer del presidente. Lo que me quiso decir es que era una cuestión de educación", confesó a este periódico.

En esa escuela se formó Del Bosque, por eso no hay en su vocabulario palabras disonantes ni un mal gesto en sus actos. Como nadie lo encontró en Luis Molowny, su tutor a todos los efectos. Vicente llegó al club con 16 años procedente de Salamanca. Era hijo y nieto de ferroviarios. De su padre, Fermín, se han hecho algunas referencias a su pasado durante los años previos y posteriores a la Guerra Civil. "La guerra le cogió con 19 años. Fue un producto de su tiempo, pero sobre todo fue un hombre bueno y honesto", recuerda. "Era un hombre con buenas ideas, pero sobre todo recto y responsable. Nos marcó a todos. Es cierto que en aquellos tiempos podía tener algunas ideas radicales, pero era un hombre tolerante". Fermín sufrió la represión y no pudo regresar a su trabajo en el ferrocarril: durante años fue administrativo en la fábrica de La Casera en Salamanca. De Fermín solo recuerdan algunos viejos empleados una visita a la Ciudad Deportiva cuando su hijo Vicente todavía era un juvenil: "Voy a confiar en ustedes", dijo. Y no volvió.

Del Bosque hizo carrera en el Real Madrid, tras jugar cedido en el Córdoba y el Castellón. Fue también internacional, pero no pudo jugar un Mundial. Le habría correspondido hacerlo en el de 1978, en Argentina, pero unos meses antes cayó lesionado. Se recuperó a tiempo, pero Ladislao Kubala, por entonces el seleccionador, no le convocó. Algunas referencias citan su disgusto por aquella decepción, incluso que estuvo un año sin hablar con Kubala, hecho que Vicente niega: "En absoluto. Nada más lejos. Él tomó su decisión, y tuve una magnífica relación con él porque Kubala era una bellísima persona". Tampoco le sacarán una mala palabra de su experiencia en Turquía, donde fue destituido tras ocho meses en el cargo: "Fue una gran experiencia y me llevo un gran recuerdo de Estambul. Me marché con el afecto de todos. Es un país con un potencial enorme. Quizás no tuvieron la suficiente paciencia porque ganamos 8 de los 9 últimos partidos, pero mi familia fue feliz allí".

Esos ocho meses ha sido el único lapso de tiempo que Del Bosque ha pasado fuera de su domicilio, del que no se ha mudado a pesar de su cambio de estatus. Durante 15 años trabajó como director de la fábrica de jugadores del Real Madrid, fue un empleado dedicado al club desde las 10 de la mañana a las 10 de la noche, viendo jugadores, desplazándose a cualquier localidad para ver partidos de todas las categorías, con jugadores de todas las edades, interesándose por sus familias, procurando memorizar los nombres de todos y cada uno de ellos, como correspondía al estilo de la casa, sufriendo cada vez que un infantil llamado Guti se negaba a firmar la ficha de renovación. Se casó, tuvo tres hijos, perdió a su hermano Fermín. Tuvo una vida tranquila fuera de los focos, dedicada por entero a una empresa que amaba y a un proyecto que le apasionaba. El nacimiento de su hijo Álvaro con síndrome de Down le afectó, pero con el tiempo se convirtió en un factor que ha contribuido a consolidar sus ideas. Se le ilumina la cara cada vez que se refiere a él: siendo un hombre tan discreto, tan celoso de su intimidad, hay sin embargo un acto de coherencia cuando permite la visibilidad de esa relación padre-hijo: "Creo que es bueno para muchas familias en situación parecida". Sonríe cuando se le pregunta por qué no permitió que Álvaro participara más de la fiesta final de los jugadores: "¡Si le dejo, termina bailando con Bisbal!".

Su trabajo no se limitó a la observación de jugadores y a la búsqueda de talentos. Analizaba los entrenamientos de gente como Miljanic, Boskov, Beenhakker, Toshack, Antic, Floro, Capello, Valdano, Heynckes, Hiddink, todos y cada uno de los entrenadores que han pasado por la casa blanca. De cada uno debió sacar sus conclusiones, hasta que le llegó su hora después de alguna que otra aparición como interino: el banquillo del Real Madrid. "Para nosotros era una oportunidad, pero no lo vivimos con angustia", recuerda Toni Grande, su fiel segundo, otro hombre formado en la escuela de Molowny: "Había grandes jugadores en el equipo, sí, pero la mitad de ellos se habían formado en la casa, así que les conocíamos desde pequeños". Esa era su ventaja a pesar del perfil bajo. También su desventaja.

Esa cordialidad que fue tan criticada, esa sencillez que parecía anticuada, es ahora uno de los valores que han despertado el elogio y la admiración hacia su éxito. Lo caduco es ahora moderno, según se desprende del análisis de Francisco Mesonero, presidente de la Fundación Adecco y experto en recursos humanos, a la hora de interpretar las claves del éxito de la selección y de la dirección de Vicente del Bosque: "Se podría decir que Del Bosque cumple con el perfil del líder del siglo XXI. Ha sabido dirigir y crear un equipo humano con los valores y la actitud que exige la sociedad actual. No avasalla con sus decisiones, sino que convence y da seguridad con su templanza". "Del Bosque", añade Mesorero, "ha sabido repartir papeles haciendo sentir a todos que eran parte de la victoria y parte de la derrota. Se ha cumplido de esta forma con una de las teorías en la gestión empresarial y gestión de los recursos humanos que más importancia tiene en la actualidad: la orientación hacia los grupos de interés, es decir, hacia sus jugadores, técnicos, personal de apoyo, afición, periodistas y especialmente a sus rivales, a quienes siempre ha demostrado el máximo respeto, tanto a través del juego de sus jugadores como fuera del terreno de juego".

Otro experto de Adecco, Pedro Fernández, muy relacionado con deportistas de alto nivel, entiende que "especialmente significativo ha sido que el equipo ha interiorizado una forma de ganar, una identidad propia, con una misión, una visión y unos valores que han defendido con absoluta unidad, discreción e ilusión. Hemos podido ver cómo otras selecciones se convertían en protagonistas del Mundial por su fractura en la cohesión del equipo (Francia), por unas expectativas erróneas y falta de humildad (Argentina) o por no saber levantarse de la derrota (Italia). Sin embargo, España ha pasado inadvertida, no con su juego, sino con la profesionalidad y el saber estar. Desde un punto de vista puramente empresarial", concluye Fernández, "se podría decir que Vicente del Bosque ha sabido entrar como director general aprovechando todo cuanto se había hecho bien con anterioridad y sin cambiar para demostrar su autoridad. Posteriormente, ha sabido interiorizar la identidad del equipo. Ha sabido orientar las crisis y establecer un equilibrio entre protagonismo y prudencia".

Algo parecido se podría haber dicho de sus cuatro años como entrenador del Real Madrid: cuatro temporadas, cuatro títulos, dos Ligas y dos Copas de Europa, además de torneos menores como la Intercontinental y la Supercopa europea. Por entonces, año 2000, el equipo se fue llenando de estrellas, aun cuando Del Bosque no acusara problemas de liderazgo dentro del vestuario. Otra cosa era el marketing: el Real Madrid, durante la presidencia de Florentino Pérez, aspiraba a convertirse en un club global capaz de capturar seguidores en los cinco continentes. Del Bosque no encajaba en esa imagen: no hablaba inglés, no vestía cuellos italianos ni corbatas de seda.

Durante su visita al diario As, Vicente del Bosque explicó un detalle muy revelador de cómo los profundos conocimientos de alguien que ha pasado miles de horas viendo partidos y escrutando jugadores capta detalles que escaparían a muchos otros entrenadores. Se refería Del Bosque al jugador francés Makelele en términos muy elogiosos: "Sabía lo que tenía que hacer. Tenía siempre un pase para Zidane, otro para Figo, también para Roberto Carlos y para Hierro". Del Bosque explicaba así cómo se mantenía el equilibrio de egos dentro del terreno de juego. Curiosamente, Makelele dejaría el Real Madrid al mismo tiempo que Del Bosque: era un honesto trabajador sobre el césped, no un galáctico. Alguien no cayó en la cuenta de que las estrellas necesitaban alguien que supiera recuperar los balones y repartirlos adecuadamente.

El despido. Si hay un episodio en la vida de Vicente del Bosque donde no ha logrado del todo mantener su diplomacia, su bonhomía, es alrededor de su marcha accidentada al día siguiente de sumar un título de Liga. El periodista salmantino Francisco José Sánchez Cañamero se refiere a este suceso en su biografía Vicente del Bosque, la serenidad (Anthema Ediciones) como un hecho traumático: Del Bosque fue despedido en un pasillo del Bernabéu por un directivo de segundo nivel.

Hay testigos que confirman que el despido se produjo, efectivamente, en un pasillo. En la media tarde del lunes 23 de junio de 2003, Vicente del Bosque fue convocado urgentemente en las oficinas del club. Se le convocó por terceras personas, cuando se dirigía en coche a los estudios de Antena 3 para ser entrevistado en el informativo que dirige Matías Prats. "Eso es que me quieren echar", comentó. Por la noche tenía una cita con José Ramón de la Morena, en El Larguero de la cadena SER. Ya tras la entrevista en Antena 3, el periodista J. J. Santos le comentó que no seguiría en el Real Madrid, cuya directiva celebraba reunión aquella noche. Veinticuatro horas antes, durante la celebración por la conquista del título de Liga, se había producido un agrio incidente entre algunos jugadores, liderados por el capitán Fernando Hierro, y el presidente Florentino Pérez, incidentes en los que Del Bosque se mantuvo al margen.

Entre uno y otro compromiso, Del Bosque hizo una parada en el Bernabéu mientras su mujer, Trini, aguardaba en el coche. Al llegar al despacho del directivo Carlos Martínez de Albornoz, se encontró frente a él y Jorge Valdano. No esperaron a que se sentara. Tampoco le dejaron entrar. "No vas a seguir", le dijo Valdano. "Algo así me podía imaginar", respondió Del Bosque. Luego vinieron frases del tipo "si quieres, te podemos buscar un hueco, nada específico, le podemos dar vueltas". La conversación apenas duró un par de minutos. En el trayecto hacia la Gran Vía, Del Bosque recibió la llamada de Fernando Hierro: "Me han echado". Cuando llegó a los estudios de la Cadena SER percibió que los periodistas estaban al tanto de su cese.

Cinco años después, fue Fernando Hierro quien llamó a Vicente del Bosque: "¿Te puedo proponer como seleccionador?", le dijo. El mundo del fútbol ofrece sorpresas de este tipo.

Es evidente que un éxito histórico como la conquista de una Copa del Mundo tiende a magnificar la figura de sus protagonistas, pero los elogios que ha merecido Del Bosque van más allá de sus decisiones técnicas. Lo dijo Johan Cruyff y muchos otros expertos: "Es un señor". No se tiene noticias de que los comentarios deportivos después de un gran evento hayan centrado tanto la atención en aspectos personales. Además de un estilo de juego, Del Bosque parece haber caracterizado una elegancia en los modales. ¿Es producto de aquel señorío nacido de la vieja casa blanca? Desde luego, de ahí provienen sus raíces y su educación. Cómo cambia la estética en el fútbol: en tiempos difíciles, y tras el éxito en el Mundial, se impone por un momento la moda Del Bosque. La línea recta.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hemos vuelto III

No todo va a ser negativo. Parece que en la sección de fútbol se ha cogido una inercia positiva que hacía varias temporadas que no había. Mi opinión coincide con la generalizada, el mayor culpable es José Mourinho. Llevamos dos meses de competición, muy poco tiempo para un equipo en formación, y el sello del portugués se deja sentir dentro del campo (también fuera). El resultado a final de temporada está por ver. No se pueden alzar las banderas de la victoria ya que en estos meses pueden pasar muchas cosas. Pero al menos hay que valorar positivamente que ha vuelto la ilusión.

Cada acción que realiza el míster tiene un sentido y un orden. Nada está a la mano del destino. Todo atado y bien atado. Recuerdo aquella frase que pronunció el día de su presentación. Venía a decir, más o menos, que una mentira repetida 1000 veces no la convierte en verdad. Un tonto se la cree, un inteligente distingue entra la verdad y la mentira. Esto venía a colación sobre si era muy defensivo para el Real Madrid y su juego muy aburrido. La gente, o los 'periolistos' en este caso, lo confunden con una defensa fuerte, que no a la renuncia al ataque. Los número hablan por sí solos: equipo menos goleado, máximo goleador en Liga, el pichichi está en la plantilla, líderes en solitario, ninguna derrota... Y ya se ha visto en dos partidos con resultado adverso que no le duelen prendas en sacar a un central para dar entrada a un delantero. Y todo esto en la Liga donde también juega el "SúperBarza", ese equipo de moda que todo lo hace genial y tiene a los jugadores más guapos y al entrenados más inteligente y con estilo que ha parido madre (normal que Guardiola tenga alborotado a todo Chueca, por allí se le espera).

En Murcia se empató a 0 con un 2ª B, pero las sensaciones respecto a otros años son muy distintas. No se tira ningún partido. La competición importa y el empate es anecdótico. La pelotita no quiso entrar y punto. Soy capaz de asegurar que el Real Madrid estará en octavos de la Copa. Hay ganas, por mi parte, de levantar este título.

Y en este mes en el que acabamos de entrar visitamos el Camp Nou. ¿Correrá Mourinho por la banda celebrando algún gol? Sueño con ello.

Tengo la sensación de que ahora si ¡HEMOS VUELTO!

TRADICIÓN 1902. Porque ser del Real Madrid, no es una moda.

Los valores de siempre


Gracias a Ra López por la foto.

Hemos vuelto II...

... a las andadas. Después del periodo oscuro que azotó al baloncesto madridista, hubo un par de años, coincidiendo con el mandato de Calderón y la presencia de Melchor Miralles en la Junta, en el que pareció que a la sección se la prestaba la atención que merece el Club más laureado del mundo. Puede que no económicamente, pero sí en interés.

Regresa el "Ñoflas" al poder, tras su golpe de estado con el Marca como avanzadilla, y en un principio nos hizo creer que se había enterado que existe un deporte con canastas, una pelota naranja y 10 tíos en calzones y tirantes corriendo de un lado para otro. Y que se había dado cuenta que el Real Madrid tenía un equipo en ese deporte tan raro. Es más ¡¡existen 8 Copas de Europa en las vitrinas del Club!! Vaya, hombre. Algunos, los más inocentones, acogimos con agrado tan repentino interés, pero resulta que los más desconfiados tenían razón.

La sección de baloncesto del Real Madrid Club de Fútbol se encamina hacia su "II Época Oscura", con la seria duda de si en esta ocasión podrá resistir el equipo tanto despropósito. El error histórico del traslado a la Caja Mágica colea, con ya 5 jornadas de Liga disputadas y 3 de Euroliga, por la falta de previsión, de infromación a los socios, la paupérrima o casi inexistente campaña de captación de abonados y mentiras, muchas mentiras. Gran parte de culpa la tiene el culé de Maceiras, pero en la actualidad no se están haciendo mejor las cosas (Antonio Maceiras ya no está) y no podemos obviar, ¡cómo no!, al Ser Superior y sus politiqueos a costa del Madrid. No me voy a extender ahora en el asunto de la Caja Mágica, pues va a dar para más de una entrada. Muchas, diría yo.

En cuanto al equipo, no responde. La victoria holgada de ayer en Roma espero que sirva como piedra de toque, pero no me resarce de lo visto hasta ahora. En Liga ACB se llegó a tener un 4-0, sí, pero con equipos flojos y sufriendo más de lo debido en determinados partidos. Llegamos a casa del colista y caemos de forma estrepitosa. ¡Ah! y no olvidemos del ridículo histórico de la Supercopa de Vitoria contra el 'Farsa'. ¡¡LAMENTABLE!! Todavía duele ese partido. En Atenas puede que entre dentro de lo normal caer, pero la situación es para hacérselo mirar, como mínimo, al igual que las decisiones que toma Messina en la dirección del equipo.

Para más leña al fuego, algún retrasado mental, que presume de ser socio del Madrid, propone disolver la sección porque es deficitaria y se podría hacer algún fichaje de medio pelo para el fútbol. El "Gafotas" responde que "¡de momento no...!". Vamos, que el "Gafas" se lo plantearía. ¿Haría el Marca la labor de propaganda para crear una corriente de opinión favorable a la desaparición del baloncesto madridista?

Pintan bastos.

Al calor de la noche

¡LEGALIZACIÓN DE LAS BENGALAS EN LOS EVENTOS DEPORTIVOS!

Hemos vuelto I

Casi 4 meses desde la última entrada y parece que fue ayer, ¡bárbaro como pasa el tiempo! Esa última entrada coincidió con la celebración del Mundial de fútbol. Esa quedará como una noche inolvidable, al igual que el paseo de los campeones al día siguiente por la Capital. Para contar a los nietos. Pero el tiempo pasa y lo hace rápido, sin piedad, como decía más arriba. Ya estamos de lleno en las competiciones de clubes y cambiamos todos el chip de aquel glorioso mes de junio-julio.

Entre el periodo estival, quehaceres personales y algo de pasotismo, el blog ha estado totalmente parado, retomando ahora su actividad hasta la próxima vez que me canse, no tenga tiempo o no se me ocurra que escribir.

De momento esto sigue adelante y quería dar las gracias a aquellos qe mandáis correos preguntando por el blog o colaborando por el mismo. ¡Gracias!

No me enrollo más y os dejo de nuevo con los comentarios sobre la acutalidad del RMCF, acerca de las mentiras de los periodistas (¡terroristas!), con fotos, vídeos, frikadas varias o 'piradas de pinza' sobre esto y aquello.

¡HALA MADRID!
TRADICIÓN 1902