Cada vez que llega un partido como el de esta noche se habla del famoso “Miedo escénico” del Bernabéu, del Espíritu de Juanito y demás tópicos que en su día tuvieron sentido pero hoy no son más que frases para llenar portadas y calentar el choque. Se desvirtúa la memoria del Club haciendo creer a los jóvenes madridistas que acuden a día de hoy al Estadio que presenciar una ronda de Champions y soplar más fuerte una bocina que en un partido de Liga es el “Miedo escénico”. La expresión de Gabriel García Márquez hecha famosa por Jorge Valdano gozó de su máxima y verdadera expresión allá por los lejanos 80, tan metidos en la memoria de muchos de nosotros. Tal vez se recuperó al volver a la máxima competición a mediados de la década de los 90, sobre todo en aquel famoso Real Madrid – Borussia Dortmund. Sigo pensando que si el operario de turno hubiese cumplido bien con su trabajo fijando la red en un poste adicional y no en la valla, los alemanes se van con una manita para casa. Desde aquel día ya nada fue igual.
Vinieron los asientos. El fútbol dejó de ser popular impidiendo dar un relevo generacional en el aficionado madridista que acude a Chamartín. La sociedad española cambió asentándonos en una falsa clase media-alta (digo falsa porque así lo ha demostrado la crisis), los jóvenes que acuden hoy, casi todos, van más preocupados de lucir su abono en sus círculos sociales. Acompañados de papá arriban a los aledaños del Estadio con sus mejores galas, como si fuesen a misa, olvidando la bufanda y la camiseta de su equipo en casa. Esto ha quedado para los turistas que se disfrazan de ‘supermadridistas’ cuando acuden al campo una vez al año. Con gorro de arlequín a la cabeza, claro está. No se podría ser un buen hijo de papá si se animase como “esos macarras ultras”. Queda mejor decirle al vecino “ya están esos liándola”.
Asentados en una sociedad hipócrita, donde reina lo “correctamente político”, donde sólo cuentan las apariencias ante una sociedad la cual ya no goza de valores que defender en cualquier ámbito de la vida. El fútbol no escapa a ello. Snobs, yupis, pijos… lejos quedan aquellos tiempo donde los jóvenes eran la vanguardia, defendían unos ideales, eran partícipes en esa defensa de lo que creían. Si eras del Madrid así lo mostrabas al mundo. No para marcar un status social al que tal vez ni pertenezcas, si no dejándote la garganta en el campo dando aliento sin cesar hasta conseguir el objetivo. Alzando al viento la bandera y la bufanda que te representa, mostrándola con orgullo.
Por respeto habría que hablar de aquellos días como una época gloriosa. Intentar inculcarla a los jóvenes madridistas de hoy, que sepan lo que fue en pos de un renacer lejano, utópico, pero con el que un pequeño reducto soñamos. Sueño que nos da fuerzas para seguir ahí. Sólo en dos ocasiones estuvimos cerca de algo similar a un viaje en el tiempo. La vuelta de los cuartos de final del 2002, contra el Bayern de Munich, y la semifinal de la Copa del Rey contra el Zaragoza, donde estuvimos cerca de rememorar la remontada del Anderletch. Pero la historia nos castigó por haberla fallado en tantas ocasiones.
El otro día contra el Sevilla, a parte de buen fútbol, se vio a once luchadores que se dejaron los cojones en el campo. Un impulso moral necesario para recuperar las sensaciones y volver a mostrar al Bernabéu como bastión inexpugnable tras 13 victorias consecutivas en Liga con la heroicidad de la última. El sábado pasado podríamos dar como válida la expresión de Juan Gómez “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo”… para ver la cara del jugador del Inter cuando se la espetó en los túneles del Giuseppe Meazza. Pero de aquí al “Miedo escénico del Bernabéu” hay un largo recorrido a día de hoy. Los jugadores de la actual plantilla de momento están cumpliendo en su mayoría, pero mucho más deben demostrar para merecer portadas como la de hoy del Marca.
La gente está con ganas e ilusionada para el partido de esta noche, pero será como sucede en los últimos lustros, el equipo deberá de animar a la afición y no al revés. Eso no es “Miedo escénico”. Eso no es una afición. Son meros espectadores.
1 comentario:
Felicidades por el artículo. Da gusto saber que hay gente que no olvida su identidad y a la que no le roban su alma las falsedades de la sociedad actual.
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