jueves, 4 de febrero de 2010

Yo me quedo en Vistalegre

Está saliendo en diversos medios la noticia de que el Real Madrid está valorando la opción de trasladarse, la temporada que viene, a la Caja Mágica y abandonar así Vistalegre. Según publica el diario As los responsables de la sección han visitado las instalaciones que en un principio estaban destinadas al tenis y se mostraron en su día como la joya de la corona en las distintas candidaturas olímpicas que a presentado la ciudad de Madrid, con resultado adverso en ambas. En el 2009 se abrió la puerta del recinto de forma triunfal con el Masters Series de la ATP disputado en la capital de la Corte. Pero tras el paso de los meses parece ser que ya no saben que hacer con tan magna construcción la cual sólo puede aprovecharse una semana al año para el mencionado torneo de la raqueta.

Una vez más queda manifiesta la falta de planificación de los politicuchos de turno a la hora de afrontar una obra de gran inversión económica cuya rentabilidad, aparentemente demostrada y cacareada a los cuatro vientos, a quedado en evidencia. Ahora que no saben que hacer con el complejo tenístico situado en un desierto dentro de la ciudad el Ayuntamiento se pone en contacto con el Real Madrid para que dispute allí sus encuentros de baloncesto dándoles garantías de explotación del centro para hacer más atractiva la propuesta y rebajando del alquiler que se paga en la actualidad.

Si el Real Madrid acabase aceptando estaríamos hablando de un paso atrás en la resucitada sección de baloncesto tras haber pasado unos años herida de muerte. Ya los últimos tiempos del Palacio de los Deportes fueron desoladores en cuanto a público en las gradas alcanzando su cota máxima en el Raimundo Saporta de la antigua Ciudad Deportiva donde había partidos que no se superaban los 500 aficionados. Después llegó el deambular por diversos pabellones, como el de Torrejón, hasta que se asentó el equipo en el barrio de Carabanchel. Desde que sucedió este hecho sólo han pasado cosas buenas a la sección. El público asistente aumentó exponencialmente, surgió un grupo que cogió las riendas de la animación y el Club, tras la marcha de Florentino Pérez en su segunda legislatura, dedicó el tiempo y el espacio que se le estaba negando al baloncesto dentro de la institución.

Hoy en día ver en un partido de un domingo a las 12 de la mañana a unas 7000 personas es todo un lujo. Cuando se juega en horarios decentes como un sábado por la tarde o en la Euroliga es fácil llegar a los 10.000 y en las grandes ocasiones llenar el pabellón con 15.000 almas viendo a su equipo (aunque algunas de ellas aplaudan al rival…). El público de Carabanchel se ha enganchado al baloncesto madridista y los que vivimos en otras zonas de la Comunidad tenemos fácil el acudir al Pabellón por la importante red de transporte público de la que goza el distrito y la facilidad en los accesos desde la M-30 y la M-40 si se acude en coche particular. La Caja Mágica está situada en una zona donde la boca de metro más cercana está situada a un kilómetro de distancia, sin ser de las líneas más transitadas. El acceso en coche está bastante complicado con una señalización deficiente y siendo la zona proclive a los atascos. A esto hay que añadirle que los alrededores del complejo son desérticos sin un triste bar donde disfrutar de una cerveza previa al encuentro.

Abandonar Vistalegre a día de hoy podría tratarse de un error histórico del Madrid suponiendo un paso atrás para el equipo más laureado del continente baloncestístico.

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