martes, 16 de febrero de 2010

Reconquista

Hoy empieza lo serio. No cabe el error. Todo o nada. Por fin llega lo bueno, lo que reclama el aficionado. La verdadera Copa de Europa.

Decía que empieza lo serio. Pero los señores de traje y corbata que dirigen los destinos del deporte rey deben de pensar que esto es el concurso anual de las chirigotas. Hoy dos partidos y mañana otros dos. ¿Son los cuartos? ¡NO! Es el esperpento. Nueva patada al calendario para volvernos más locos aún. Para enredar la enredadera. ¿Cuál es el límite? Por cierto, ayer hubo Liga. Ni me acordaba. Entro hoy en los periódicos digitales y me encuentro con que el Mallorca cayó en Tenerife. Muy bien. Hacen que hasta uno pase ya del asunto. Absurdo meter un partido así, que no deja de tener su importancia ya que está en juego el descenso y la Liga de Campeones, en la víspera de la mitad de los octavos de final de la máxima competición europea.

Volvamos a lo que realmente nos importa. Sólo fútbol. El Madrid vuelve a Gerland donde la historia reciente nos ha dejado partidos desastrosos en las últimas visitas. Cada vez que jugábamos contra el OL hacíamos que un jugador adquiriese proyección internacional. Fue primero Diarra y después Benzema. Al menos esos esta noche no nos meterán un gol. Luego estaba Juninho Pernambucano, donde ya nos lo presentaron en la Intercontinental del 98 contra el Vasco da Gama brasileño. Ninguno de estos estará presente hoy frente al Madrid. El Olympique está un escalón por debajo de donde estuvo en el último lustro pero es un equipo que sabe reciclarse con orden y criterio, basándose en una trabajada escuela de cantera. Y aquí están. En octavos disputando el partido del año para ellos. Puede que el de su vida para algunos. No van a dejar desaprovechar esta oportunidad y hay que estar atentos. Ojo al poderío físico y arriba cuidado con Lisandro, el jugador más peligroso que tienen. Lleva 9 goles este año en la Liga nacional francesa, a 4 del máximo goleador. Tras su paso por el Oporto ya tiene experiencia suficiente en Europa.

Si el Real Madrid no se confía y pone todos los sentidos en la eliminatoria esta se debe de superar sin problemas. Somos superiores. Somos los Reyes de Europa y llevamos cinco años sin pasar de octavos. Se acabó. Es la hora. El equipo ha cuajado tras un inicio de temporada titubeante y ya no hay excusas. Hay que asumir responsabilidades y ser conscientes del Escudo que se lleva en el pecho. Lo que se representa. El Bernabéu nos espera el 22 de mayo y no hay mejor momento para recuperar el trono que jamás se debió de perder que en la capital del Imperio futbolístico, en el cual 9 Copas de Europa, tres intercontinentales, 31 Ligas… hacen que jamás se ponga el sol. Es el momento.

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