lunes, 2 de noviembre de 2009

4-2-2-2-2-2-2-2-2-2... ¿?

En el fútbol existen múltiples variantes a la hora de plantear un partido. Como mínimo una por entrenador, luego los hay que son más complejos y ofrecen más posibilidades, con mejor o peor resultado. Yo acepto la amplísima gama que permite la pizarra de un ‘mister’ ya que las características de los jugadores que hay en una plantilla marca como se debe de jugar, por eso siempre debe de existir sintonía entre como juega un entrenador y el plantel que hay que tener, es decir, que hay que respetar las peticiones de los técnicos si se pretende que la cosa funcione.

Entre las mil y una formas que hay de saltar a un terreno de juego hay una que jamás entenderé ni respetaré; jugar sin bandas. Ya tuvimos que sufrir el ‘cuadrado mágico’ (vaya nombre tan horrendo, por cierto) con Luxemburgo y en este principio de temporada nos está tocando verlo con Pellegrini. En ambas ocasiones la artillería que hay en las puntas y medias-puntas es demoledora, pero si no funcionó ni funciona ahora es que hay que mirárselo. El brasileño no lo hizo ¿lo hará el chileno? El otro día contra el Geta puso en el mismo once a Arbeloa por el lateral izquierdo y a Marcelo de interior (mejor ahí, este chico lejos de funciones defensivas) lo que muestra un síntoma de análisis y reflexión en el entrenador blanco. Estaré expectante a los próximos encuentros.

Mi mosqueo ha sido monumental tras lo que pasó contra el Milán. Lo de Alcorcón ni mencionarlo. Pero lo triste era pensar que pasaban los partidos y todo seguía igual, ni un ápice de mejora, ni una variante táctica. Me resulta desolador ver a grandes jugadores mermados tácticamente por un mal planteamiento en el esquema de juego. Dicen los “gurús” del fútbol que Xabi Alonso y Lass se estorban. Estoy harto desde que empezó la temporada de ver a Xabi recibir el balón, levantar la cabeza para abrir juego, ordenar, distribuir y no ver nada más que un nido de piernas a su alrededor, las de sus compañeros y los rivales, y metros y metros cuadrados de césped vacíos junto a las líneas laterales que limitan el terreno. Ante este panorama no había otra, para no perder el cuero, que cedérsela a Lass (que ¡vaya fichaje! ¿recuerdan quién lo hizo?) que está a 5 metros, quien se ve ante la misma tesitura. Entonces ¿qué hacemos? Conducir, conducir y conducir la pelota hasta que la roban los contrincantes. Ni un solo desmarque, ni un solo movimiento. El ‘7’ bajando hasta el círculo central para poder recibir y desatascar el embrollo, lo que hace perder efectivos arriba y facilita la labor de los centrales. Kaká a recibir balones lejos de donde tiene peligro. Le criticaron el día del Milán por el partido que hizo, yo soy clemente con él porque al menos en dos ocasiones se regateó a más de cinco italianos por no tener a quien pasarle la pelota. Claro, es un ‘crack’, no superman, y cuando te has regateado a medio equipo al final acaban robándote el balón.

Más consecuencias de no jugar por banda; la facilidad que se concede a la defensa del equipo contrario. Tal y como ha venido jugando el Madrid los laterales pueden juntarse con los centrales y formar una línea de 4 inquebrantable, ya que es difícil encontrar así el hueco y ante una gran combinación al primer toque en la frontal del área de los delanteros madridistas, la cobertura entre los defensores llega enseguida. Con un hombre por banda obligas a los rivales a abrir la defensa. Si haces una pared junto a la línea del área (imaginad las que se podrían ver con la calidad que hay) las ayudas no van a llegar siempre. Si se atasca el juego por el centro tienes la opción de abrir a banda y sorprender. Si suben los laterales merengues pillarás en un 2 para 1 al defensor rival, a parte que nuestros laterales estarán más frescos y eso sería un plus en tareas defensivas. Un plus que necesitamos como agua de mayo. Jugar por banda implica hombres entrando en diagonal llevándose defensores para crear espacios (con lo bien que hace esto Higuaín), traería como consecuencia que Kaká recibiría en una zona adecuada para iniciar las arrancadas que acostumbraba en el club ‘rossonero’ con más espacios para desequilibrar a la línea defensiva y encarar a portería. Sería ver a Xabi pensando con diferentes opciones en la cabeza (pase de 35 metros, pase vertical a la espalda de la defensa, avanzar unos metros y distribuir juego en zona de peligro,…)

No creo que el exigir que se juegue por las bandas sea un “capricho del Bernabéu”. Es simplemente algo sencillo y práctico. A veces me sorprende que el “populacho” nos demos cuenta de estos matices nada más ver saltar a los jugadores al césped en la primera jornada y que un profesional de este deporte no lo vea o no quiera verlo. Otra cosa es que el gafotas de turno no te trajese a todos los jugadores idóneos para desarrollar este estilo o que te quitase los que tenías. Pero ya se sabe, si no venden camisetas… Todavía doy un voto de confianza al técnico que tenemos y espero que no tardando disfrutemos de victorias incuestionables con un lógica de juego cuando menos aceptable.

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