martes, 10 de abril de 2012

Quedan madridistas

Ismael Santos formó parte de uno de los equipos míticos del Real Madrid, el de la VIII Copa de Europa. Era cuando el baloncesto interesaba. Formaba parte del Club. A nadie se le ocurría mentar su disolución porque era inconcebible. Se le hubiese tachado de loco. Hace unos meses leí una entrevista que le realizaron en el blog “Puertatrás” y quiero acercar a este espacio dos de las preguntas que responde. Concretamente destaco la segunda, donde explica lo que ha faltado para que el baloncesto madridista siga teniendo el prestigio que tuvo. Esos valores, ese romanticismo. Hoy Ismael se dedica al mundo de la montaña en un pueblo de Francia, al pie de los Alpes. Dudo que pensando como él lo hace tuviese cabida en el mundo del deporte actual. Es penoso y desconcertante que este tipo de mentalidad no tenga cabida. Para leer la entrevista entera, recomendable, os acerco estos enlaces: Parte I. Parte II.

Se ha declarado como un romántico del deporte y que le hubiera gustado terminar su carrera en el Madrid, pero si no hubiera logrado asentarse en este club, imagine, ¿cómo hubiera podido variar su trayectoria?

Si, soy un romántico del deporte, me enamoré del Real Madrid cuando era pequeño y lo estuve hasta el día que me echaron. Me dieron la mano y el finiquito en un pasillo del Bernabéu y me dijeron: chaval se terminaron los romanticismos. En ese momento me sentí traicionado porque pensaba que no era justo que me trataran así después de haberlo dado todo durante 14 años, pero luego he visto otros ejemplos de gente que ha estado más tiempo que yo en el club y que ha sido tratada de igual modo con lo cual he comprendido que no era nada personal, sólo una gran falta de criterio por parte de los dirigentes.

Lo que voy a decir puede parecer un poco prepotente por mi parte pero es una historia real que puede confirmar mi padre. Desde que tenía 7-8 años y veía los partidos del Madrid por la tele le decía a mi padre que algún día jugaría en el Madrid. No eran sólo sueños infantiles si no que realmente estaba convencido de ello y me veía jugando en el primer equipo del Madrid algún día. Por éso no puedo imaginar mi trayectoria en el baloncesto sin haber jugado en el Madrid porque lo tenía metido en la cabeza desde muy pequeño, era ya parte de mi vida. Hablar de otra trayectoria totalmente diferente sería hablar de la vida de otra persona y no de la mía.

Decía un anuncio de hace unos años eso de ‘¿Y el Madrid otra vez campeón de Europa?’ Ahora cambiamos Europa por Euroliga. ¿Qué le pasa al Madrid? ¿Tiene alguna solución? Quizá Messina lea esta entrevista…

Desde que me fui en 1999 nunca he hablado del Madrid públicamente porque estaba demasiado involucrado emocionalmente, pero visto que me lo preguntas me parece un buen momento para decir mi opinión porque ahora puedo hablar objetivamente y con la mente clara.

En mi opinión lo que le pasa al Real Madrid de baloncesto es simplemente que los tiempos han cambiado y con ello el ciclo monopolizador donde sólo existía el Madrid. España y Europa han cambiado y como consecuencia también lo han hecho el mundo del deporte y el propio Real Madrid. Me explico. El Real Madrid se convirtió en el mejor club de España, de Europa y del mundo durante el mandato de Don Santiago Bernabéu (1943 – 1978), un dirigente único que con pasión, trabajo e inteligencia supo aprovechar el contexto sociopolítico que había en España por entonces para hacer del Real Madrid la imagen de España en el mundo. Obra de su inteligencia fue la incorporación de Don Raimundo Saporta al club y luego a la sección de baloncesto de la que sería jefe hasta la muerte de Don Santiago Bernabéu en 1978 y bajo cuyo mandato la sección de baloncesto vivió su época de oro. La no presencia de estas dos personas en el club unida al cambio sociopolítico que sufrió España por entonces hicieron que el panorama cambiara radicalmente. Por una parte ya no estaban las mentes pensantes y organizadoras del club y por la otra los demás clubes empezaron a crecer llegando como consecuencia una competencia casi inexistente hasta entonces. Es obvio que la gente que ha dirigido al Real Madrid desde ese momento de cambio no ha podido y no ha sabido suplir a estos dos grandes dirigentes, no ha querido o no ha sabido aceptar estos cambios y no ha sido capaz de crear la estructura de club necesaria para ser competitivos en una nueva era del deporte.

Si echamos una mirada a los últimos 20 años vemos que la sección de baloncesto del Madrid ha comprado y cambiado jugadores y entrenadores continuamente pensando que con éso y con su historial seguirían llegando los títulos, pero los resultados demuestran que su política ha sido equivocada porque durante ese período de tiempo ha ganado sólo 10 de los 67 títulos posibles. Vemos que ha sido una sección donde sus dirigentes no han tenido ningún peso en el club, han sido nombrados porque alguien los ha recomendado en su momento al presidente pero sólo para tapar el hueco moméntaneamente y han fichado dejándose influenciar por los agentes. Vemos que ha sido una sección que no ha tenido un pabellón propio, que ha tenido que pagar alquiler para jugar y entrenar y que nunca ha tenido ninguna capacidad para generar dinero. Si miramos a la cantera, el último jugador formado en la cantera que ha jugado durante años en el primer equipo soy yo que me fui hace 11 años. El resumen de estos últimos 20 años es que ha sido una sección incomoda e ignorada por los presidentes, dependiente absolutamente del fútbol, sin ningún tipo de estructura, donde no ha habido compromiso y que busca desesperadamente la identidad perdida.

Con este panorama la sección de baloncesto del Real Madrid actual es prisionera de su gloriosa historia porque la prensa y los aficionados le siguen exigiendo los títulos de antaño pero su lastimoso pasado reciente hace que no pueda hacer frente a esta exigencia. Con lo cual nada raro, las cosas se han hecho mal y los resultados han sido malos. La pregunta que me hago es ¿por qué la gente no quiere aceptar estos hechos ni que los tiempos hayan cambiado? Vivimos en una época de competencia brutal donde para ganar hay que hacer las cosas muy pero que muy bien, diría que casi a la perfección, y muchas veces ni con éso basta, con lo cual no veo motivos para extrañarse por la falta de títulos del Madrid de baloncesto después de haber hecho las cosas tan rematadamente mal en estos últimos 20 años.

La solución en mi opinión pasa por un cambio radical de mentalidad para lo que se necesitan dirigentes preparados y con compromiso verdadero con el club, gente que viva en el presente y no en el pasado, que sea humilde y honesta, que reconozca que en los últimos 20 años el Real Madrid ha tirado por la borda prestigio y respeto, que ha hecho las cosas terriblemente mal y que no es ni mucho menos un club referente. A partir de ahí se puede volver a construir una estructura fuerte y sólida y crear una sección y un equipo con una nueva identidad, pero es un trabajo que requiere tiempo y no se puede pretender que los títulos lleguen enseguida. Lo que hace falta es un proyecto a largo plazo dirigido y gestionado por las personas justas y luego los títulos llegarán como cosecuencia de ese trabajo bien hecho.

Una parte fundamental de ese proyecto es recuperar la identidad del equipo, pero si alguien piensa que la identidad del Real Madrid de baloncesto se puede conseguir sólo comprando y cambiando continuamente jugadores y entrenadores, se equivoca absolutamente. De hecho han pasado en los últimos 20 años algunos de los mejores jugadores de Europa (Sabonis, Arlauckas, Bodiroga, Djordjevic) y los mejores entrenadores de Europa (Obradovic, Maljkovic, Messina), y las cosas siguen igual: no se ganan títulos y el equipo sigue sin identidad. Esa ansiada identidad que busca el Real Madrid de baloncesto sólo la puede encontrar con una base de jugadores formados en la cantera que tengan los principios y valores del club y que luego tengan confianza y continuidad en el primer equipo durante años. Esos jugadores darán siempre algo más y éso será lo que marcará la diferencia en los momentos difíciles, hará que el equipo sea sólido y conseguirá que los aficionados se identifiquen con el equipo. A esos jugadores de la cantera que deben de ser la base del equipo se les debe añadir dos o tres jugadores extranjeros de gran calidad humana y técnica, que marquen la diferencia como por ejemplo han sido en Europa en pasado Bob Macadoo, Audie Norris, Corney Thompson, Arvidas Sabonis o Joe Arlauckas. Una vez hecho todo ésto, se debe apostar por un entrenador que responda a un perfil determinado, tener paciencia y dejarle trabajar. Pero todo ésto debe partir de una estructura sólida, con unas pautas y una filosofía de club que tengan continuidad, y no dejándose llevar por la urgencia histórica de ganar ni por lo que dicen los medios de comunicación.

Acabo de leer la respuesta y me parece que he escrito el guión de una película de ciencia ficción…o puede ser que sea sólo el punto de vista de un romántico incurable…

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