sábado, 14 de abril de 2012

Hoy Íñigo, ¿Mañana?

No tenía en mente escribir acerca de este asunto. Lo que me ha alentado a hacerlo es que casi nadie a hablado del asesinato perpetrado en Bilbao tras la eliminatoria contra el Schalke 04. Exceptuando en blogs de este calibre o similares, no hay mass media que se haya echo eco de la noticia más allá de confirmar su muerte.

No voy a entrar a valorar que si el chico era de un entorno u otro. No lo hago por varios motivos: el primero porque no le conozco. No sé quien es y ante el silencio de los medios de comunicación poco más hemos podido saber. De todos modos, su tendendia política en este caso carece totalmente de importancia. Segundo, porque quienes conocemos bien las vascongadas sabemos que no todo el mundo es, por suerte, como el imaginario colectivo del resto del país cree saber. Y tercero, porque podríamos ser cualquiera el que nos hubiésemos ido al hoyo. ¿Quién no ha vivido situaciones de terror provocadas por la UIP? En el fútbol o en manifestaciones. Da igual. Su impunidad les ampara y el consentimiento social les protege.

Los cotas de violencia que estaban alcanzando estos agentes ¿del orden? me conduce a pensar, tras este asesinato, que lo raro era que no hubiese sucedido antes. La tomadura de pelo continuó tras conocerse el fatal desenlace. La policía autónoma vasca aseguraba que les avisaron de que un joven estaba herido y que al acudir a socorrerle le recibieron a botellazos. La versión hacía aguas por todas partes ¿Qué sentido tenía avisar a las autoridades para llevar a alguien al hospital y liarse con ellos a “gorrazos”? Las pocas noticias que salían era de la policía negando que muriese de un disparo de pelotas de goma. La autopsia les dejó con las vergüenzas al aire.

Rodolfo Ares compadece en Ajuria-Enea dando la de cal y la de arena. Que si lo sentimos mucho, que si bla, bla... pero ni un detenido. Pongo la mano en el fuego que si fallece un policía por un botellazo en la trifulca, Bilbao se pone patas arriba y la comisaría de Sestao estaría ahora mismo como el metro en hora punta. Luego, hay que aguantar al máximo responsable de los cuerpos de inseguridad vascos defendiendo a capa y espada la actuación de sus hombres cuando hay un muerto encima de la mesa. A ese hombre le deberían haber relevado del mando en cuanto soltó tal desfachatez. Ares afirmó, en un acto de buena voluntad, que este tipo de material anti-disturbio será eliminado y sustituido por otro más “benigno”. ¿Me está contando que tras esta muerte han tomado esta medida? ¡Mentira! Es por una orden de la Comisión Europea a mediados del 2011. Tal vez en Europa ya se olían lo que podía pasar.

Cuando empecé a ir a la Cibeles y eventos de grandes concentraciones de gente, hace unos años ya, la violencia era más habitual que a día de hoy. Sobre todo centrándome en el mundo futbolero. Las cargas policiales, por aquellas, sí respondían a lo que la ley señala (en general). Con la porra y las escopetas de goma por debajo de la cintura. Y las cargas solo para disuadir. No persecuciones como las que se ven a día de hoy. Yo, inexperto y siendo un crío, sufrí la primera carga policial en los aledaños del Bernabéu. Con quien iba, mayor que yo, me dijo en mitad de la estampida que no me moviese. La policía al llegar a nuestra altura nos miró, levantó la porra, al vernos quietos nos esquivó y continuaron a lo suyo. La forma de actuar la repetiría en distintas ocasiones en la Cibeles, en otras trifulcas varias, etc. La brutalidad policial ha ido en aumento desde entonces. A día de hoy, si fuese yo el que tuviese que aconsejar a alguien que es la primera vez que se ve inmerso en una carga policial, le diría ¡corre!. Corre y no mires atrás. Ni se te ocurra pasar al lado de un 'pitufo' dentro del radio de acción de su porra.

Por descontado que condeno el asesinato. Aunque mis intenciones reales con este artículo es denunciar el silencio imperante en los medios de comunicación (esta vez un punto a favor del Marca, en concreto a Álvaro Olmedo), la ausencia de rigor por parte de las autoridades y como el mundo del fútbol mira hacia otro lado. Queda muy bonito mandar a Casillas o a Llorente al tercer mundo y anunciarlo a los cuatro vientos. Tampoco estaría mal un poco de deferencia con esos “delincuentes” que vamos al fútbol a ver a nuestro equipo y que, cuando te quieres dar cuenta, entre pinta y pinta, te ves en un cajón de madera y bajo tierra. Ni un minuto de silencio. Ni indagar en busca de la verdad. Ni un detenido. Un expediente a todos los agentes que intervinieron y a más ver.

BASTA DE BRUTALIDAD POLICIAL.
NO A LA IMPUNIDAD DEL ASESINO.

No hay comentarios: