domingo, 6 de enero de 2013

Sabor a pintas. Olor a nitrato VI

Hace una semana se cerró un año que fue excepcional para el madridismo. Las sensaciones con las que concluyó no fueron buenas tras los últimos resultados en fútbol y perder el Clásico de baloncesto. Pero solo eso. Sensaciones. Si se para a pensar un poco, tampoco demasiado, uno no tarda en darse cuenta en que vivimos un 2012 imponente. Campeones de Liga sobre el césped con récord de puntos, de goles, victorias a domicilio, la Supercopa de España; sobre el parqué volvimos  ganar la Copa del Rey con una final soberbia en Barcelona, rozamos el doblete con unos P. Off apasionantes, campeones de la Supercopa, un 14-1 en el primer tramo de la temporada y líderes al Top-16. Después de esto entran ganas de entrar en las página del As y votar un suspenso en tan científica encuesta cacareada a los cuatro vientos.
Cierto es que las sensaciones en el deporte son importantes. Con el equipo de fútbol todo son suposiciones. Todos estamos sorprendidos que el Madrid de los récords esté ahora tan lejos del liderato. Desconozco si sucede algo más en el vestuario. Pero como de sensaciones hablamos, parece que desde el Club han aprovechado estas vacaciones para dar otro aire de cara a la galería, cambiando una política de comunicación que si bien opino que los periodistas no se merecen, como seguidor me está gustando por la percepción de unidad que se destila en las declaraciones de unos y otros.
El 2012 también fue una año importante en cuanto a madridismo personal se refiere para quien estas líneas redacta. Cumplí 25 años formando parte de este Club, lo que supone una fila en la que no se distingue el final de recuerdos y emociones ligados a el Real Madrid. Como el equipo, no pude acabar a lo grande al no poder ir a recoger mi correspondiente pin por impedimentos personales. No es que uno sea aficionado a este tipo de actos y protocolos, pero este en concreto, por lo que significaba más que nada, sí que me hacía especial ilusión. Además me perdí el poder ver en directo una de las pocas actuaciones loables de Florentino Pérez, que fue el discurso que pronunció, aunque a algunos les saltase la urticaria.
Esta tarde, en Chamartín, lo que todos esperamos ver es que estas sensaciones parecidas a aquel "juntos podemos" se rubriquen sobre el tapete. En este tramo final de temporada es cuando vamos a ver realmente que equipo y entrenador tenemos. Su valía ya la han demostrado, por descontado. Con mirar los números de la campaña pasada es suficiente. Ahora se trata de demostrar su GRANDEZA. Sí, es ahora, en estos momentos, cuando se mide lo grande que es un equipo, no cuando se ganan los títulos. Ganar la Liga es casi una quimera (¡ojo! Digo casi, con el Real Madrid no hay nada seguro), ya que cuando pinche el Barza estarán los árbitros, como ya se ha visto en el comienzo liguero. Lo que sí exijo a mis jugadores es que se dejen todo desde ahora hasta el último minuto de la jornada 38. Si así sucede, sin mirar la clasificación, no dudaré en aplaudir y ensalzar a este escuadra. Porque serán grandes.
Quedan tres hermosas competiciones por delante y no hay que olvidarse de ninguna. Partido a partido. Que pueden ya lo han demostrado. Ahora ¿hasta dónde llega su ambición? Insisto, no hablamos de títulos. Es cuestión de saber quién eres, lo que quieres ser y qué camiseta representas. Esto es deporte, y como sucediese el año pasado contra el Bayern, caer con honor está permitido. Pero solo la gente honorable puede ser grande, el resto son simples hormigas obreras sin espíritu.
FELIZ AÑO A TODOS
TRADICIÓN 1902

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