Venga, un poquito de arenga. Escribo esto recién levantado y sin haber leído nada de la prensa. Y lo haré, porque no es de esos lunes en los que, cabreado con el mundo, me niego en rotundo a ver como hacen sangre los oportunistas habituales. Me imagino lo que pondrá, tampoco tenemos unos periodistas que maravillen por sus sorpresas. Desde Barcelona estarán que se les hace el esfínter agua. Intentarán convertir su sentir de temporadas pasadas en el nuestro. Pero aquí el asunto va de otra cosa.
Sinceramente, dudaba de que ganásemos la Liga antes de ir al Camp Nou. Los números que hemos manejado este año han sido, y son, de escándalo. El ritmo de puntos que han adquirido Madrid y Barza estos últimos años es desorbitado y mantener la diferencia hubiese sido inhumano.
De ayer me quedo con un equipo volcado. Un Bernabéu que respondió (para los que suele ser nuestro Estadio le podemos poner un 5 por lo de ayer) y el único 'pero' es que la cosa esa redonda no quiso entrar. Disputamos partidos al ralentí en los cuales disparamos 4 veces y metemos 6 goles. Ayer ocurrió lo contrario. Bueno, 4 puntos sobre el segundo. ¿Alguno no hubieseis firmado en septiembre que hoy, 9 de abril, sacásemos 4 puntos al segundo clasificado?
La imagen con la que me quedo de ayer y que me hizo irme contento a casa fue la de los jugadores en el centro del campo, unidos, aplaudiendo al público. Y éste, tan pusilánime casi siempre y que en circunstancias similares hubiese dedicado un ligero sonido de viento o murmullo, respondió con una ovación cerrada. Corroboró Karanka esta sensación en la rueda de prensa: “no he visto caras de desánimo en el vestuario”. Ayer el Madrid no dio muestras de derrotismo. Las dio de lucha.
Queda un mes para que acabe todo. Derbi, Camp Nou, San Mamés. Sevilla en casa. Bayern (les odio) en Europa. Si eliminamos a los bávaros, final. Se avecina una empresa para valientes. ¿Tienes miedo? No eres del RMCF.
¡HALA MADRID!
Foto cortesía de Ra López.
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