El Real Madrid jugará el próximo 10 de marzo las semifinales
de la Final Four contra el vencedor de la eliminatoria entre el PAO y el Barcelona.
Londres será la capital del baloncesto europeo durante ese fin de semana donde
cuatro equipos lucharán por el máximo galardón continental. En caso de que el
RMCF se alce con el título, sería la novena Copa de Europa que luciría en sus
vitrinas, por lo que es ya un largo historial de títulos de la máxima competición de clubes FIBA el que luce el Club más laureado
del mundo.
Todo empezó en la temporada 1963-64. Joaquín Hernández
dirigía a los jugadores desde el banquillo y Pedro Ferrándiz estaba al frente
de la dirección técnica. Llegaba la séptima edición de la Copa de Europa y si
bien el Real Madrid reinaba de forma incontestable en España, los equipos
soviéticos lo hacían en el viejo continente. Los Juegos Olímpicos de Tokio
estaban a la vuelta de la esquina y la Federación soviética tenía como
prioridad la selección, por lo que denegaron la participación de sus equipos
para no dispersar energías.
En las dos ediciones anteriores el Real Madrid había sido
subcampeón, y con los equipos de la URSS fuera de combate, la ocasión parecía
propicia para alzarse con el primer entorchado europeo. Para tal propósito se
fichó a Hill Hanson, que se unió a la sólida pareja Luyk-Burgess. Para
completar la plantilla se cerró la contratación de Ignacio San Martín y Moncho
Monsalve.
Real Madrid-Legia en las rondas previas a la final. Emiliano entra a canasta. |
El Madrid se plantó en la final tras eliminar en semifinales
a los italianos del Simmenthal de Milán. Antes había hecho lo propio con
equipos irlandeses, alemanes y polacos. Para el último obstáculo esperaban los
checoslovacos del Spartak Brno. Por aquel entonces la final se disputaba a
doble partido, siendo la ida en Checoslovaquia con resultado adverso para los
nuestros: 110-99. Diferencia de 11 puntos y partido de vuelta en casa. Nada se
daba por perdido.
Carlos Sevillano recoge el trofeo de manos del secretario de la FIBA. |
El Frontón Fiesta Alegre presentaba un aspecto como la
ocasión requería y los españoles pudieron disfrutar desde sus hogares del
encuentro a través de la televisión, que lo retransmitió en directo. Joaquín
Hernández tejió una defensa infranqueable para los checos y Emiliano Rodríguez
se erigió como la estrella del partido. 84-64, 20 puntos de diferencia que
superaban los 11 de la ida y marcaban el inicio de la leyenda madridista
también en el baloncesto. Raimundo
Saporta, con una incuestionable gestión de la sección había logrado sentar las
bases del que sería el equipo a batir en los años venideros. William Jones, secretario de la FIBA,
entregaría la copa a Carlos Sevillano ante el jolgorio generalizado de la
plantilla y el graderío.
La temporada terminó con el Real Madrid cuarto en el
campeonato de España y campeón también en la Liga. La nota negativa la puso el
fallecimiento de Joaquín Hernández por una enfermedad al concluir el curso
baloncestístico. Fue el entrenador que nos hizo campeones de Europa por primera
vez.
La plantilla de la Primera Copa de Europa. |
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