Y se acabó la magia

A José María Gutiérrez siempre tendré cosas que reprocharle, como expondré a continuación. Pero muchas más que aplaudirle. Es de esas personas que son necesarias en el mundo de los medios de comunicación porque dice lo que piensa y da muchas portadas, lo cual también es utilizado para atacarle y desprestigiarle por el mero hecho de ser sincero, natural y hablar sin pelos en la lengua, cosa que jode y mucho en este país. Parece que sólo “unos” pueden ser así y los otros deben de ser políticamente correctos. No es el caso de Guti. Dice lo que cree, teniendo o no razón, siempre sin faltar y con respeto, cosa que yo agradezco y valoro. La naturalidad con la que dice que quiere que pierda el Barsa, porque decir lo contrario si no lo piensa sería de hipócritas, sin afán de levantar revuelo, simplemente porque así lo siente; el carácter mostrado ante las infamias publicadas sobre él y la franqueza de sus palabras en situaciones delicadas dentro del vestuario son dignas de elogio. Si le molesta a alguien allá él. Más culpa tiene que el que cree a pies juntillas lo que dicen los ‘juntaletras’ sin tener una valoración propia y razonada sobre lo que ven. También ha jugado en su contra la rapiña de la prensa rosa que ha hecho del jugador una de sus estrellas favoritas. Luego acudes al Bernabéu y tienes que oír ciertos comentarios que… Miren ustedes. A mi me la trae al fresco con quien comparta alcoba este señor mientras rinda donde tiene que rendir y por lo que me dejo mi dinero.

Abría la entrada diciendo que tenía cosas que reprocharle. Pues sí. Y aquí entramos en lo estrictamente futbolístico. Le acuso de haberme privado de mucha más magia con la que me ha hecho gozar durante los años que ha defendido nuestro Escudo. También me frustra el no poder verle defender los colores nacionales en un evento del máximo nivel. Aquí no sólo le culpo a él, sino también a los que escriben panfletos y a los seleccionadores de turno que no han tenido lo que hay que tener para llamarle a filas. Fue el propio 14 quien una vez reconoció que se comparaba con Raúl y sentía vergüenza de ver como se cuidaban uno y el otro. Esto sí se le puede criticar.

Pero por encima de todo lo cuestionable está su estilo, su clase, su visión de juego y, por supuesto, su madridismo. En múltiples ocasiones, mucho esta temporada pero a lo largo de su carrera, hemos visto un Real Madrid horrible que se transformaba en mágico cuando Guti salía al campo. En el recuerdo nos deja el taconazo a Zidane contra el Sevilla, la asistencia, también de tacón, este año a Benzema, aquel Real Madrid –Sevilla (3-2) de la segunda Liga de Capello con dos asistencias mágicas a Ruud y Robinho (todavía veo el vídeo y no se por donde metió el balón al brasileño), aquella noche mágica en Roma un famoso 11-S, la temporada como 9 con Del Bosque en el banco… y podría hacer interminable este artículo si no paro. Si en todos los campos que ha ido se le ha insultado es porque le tienen miedo y envidia. No deja indiferente a nadie. La injusticia es habitual en nuestra patria cuando alguien destaca en lo suyo. En su propio Estadio ha tenido que sufrir tardes de desencuentro con “sus aficionados”, pero lo cierto es que todos le echaremos de menos.

Sinceramente creo que podría acabar su contrato aquí. Este año ha demostrado que no sólo sigue siendo válido, sino necesario, ya que él ha marcado el rumbo del equipo. Desconozco si por decisión propia, presionado por el Club o de mutuo acuerdo, el caso es que parece que no volveremos a verle pisar el césped de Chamartín con la camiseta blanca. Deseo fervientemente que se le haga un homenaje en condiciones ya que lo de ayer no fue suficiente. Más deseo aún que se rompan las negociaciones con el equipo al que se pueda ir y que se tenga que quedar.

El Madridismo como yo lo entiendo, ideológica y filosóficamente, está de capa caída y con la marcha de Guti Haz. se nos va un símbolo más. Puede que en la memoria colectiva del Club dentro de unos lustros no se le recuerde como a otros grandes. Pero yo, y seguro que unos pocos más, sí les hablaré a mis nietos de este extraordinario jugador.

Releo lo que llevo escrito y no me parece suficiente para expresar lo que me transmite este jugador, lo que me ha hecho sentir durante 14 años. No encuentro las palabras ni las expresiones necesarias. Sigo soltando letras con la impresión de que podría escribir más y más párrafos y tendría la misma sensación. Así que mejor dejarlo aquí con un simple pero rotundo agradecimiento:

Gracias por tu magia.
Gracias por tu madridismo.